Brain drain

Tengo la cabeza como si estuviesen cocinándome el cerebro igual que un Paladín a la taza ¡qué horror! Apenas he podido pegar ojo porque nuestro gato ha dormido con nosotros; esta vez en lugar de colocarse a los pies se ha puesto en mi lado, y juraría que lo he oído ronronear como una moto averiada durante toda la noche. Así pues, como las consecuencias se pagan, hoy me encuentro en un estado francamente lamentable... además de que noto los huevos hinchados como pelotas de Nivea ¡tócate los cojones!

Bueno, como hoy estoy en plan sociópata e irascible voy a escribir un post escueto, más me vale porque además tengo mucha faena en el curro.

Estado actual de la novela a día de hoy:

Ayer martes puede reservarme una hora y media para seguir corrigiendo, aun así sólo llegué hasta la página 245 pues mientras repasaba la hoja 241 me di cuenta de que el documento tenía un error con los guiones en prácticamente todo el texto. Conseguí arreglarlo usando la orden de word “buscar” y revisando todos los guiones que tienen tanto el ensayo como la novela, un currazo. De todas formas me sentí animado al comprobar que ya sólo me quedan unos cinco o seis capítulos para terminar, parecerá una chorrada pero me puse muy contento.

Dos apuntes de actualidad:

- El lunes al abrir el blog el contador marcaba 666 visitas. Hice “imprimir pantalla” por aquello de que es un número significativo, debería haber hecho lo mismo cuando llegué a las 69 visitas.

- Los que recibieron ayer mi correo anunciándoles la entrada anterior sobre La ley de mierda para los perdedores tuvieron el “privilegio” de leer otra de mis impredecibles ocurrencias nefastas de la cual quiero dejar constancia aquí. Decía algo tal que así: Tengo que terminar de corregir la novela de una vez por todas, que esto se está retrasando más que el reloj biológico de Jennifer Aniston.

Sí, ya... a mí la verdad que también me sorprendió gratamente.


K.M. Koffer www.klauszayin.com